15.2.07

[Algunas puterías de Capote]

Lo que no entiendo es por qué todo el mundo decía que los Kennedy eran tan sexys. Sé mucho de vergas (he visto un montón) y si hubiesen empalmado todas las de los Kennedy habría salido una buena. Solía ver a John cuando estaba con Loel y Gloria Guinness en Palm Beach. Yo acupaba una pequeña casita para invitados con su propia playa particular, y a veces él venía para poder nadar desnudo. ¡No tenía nada de nada! Y Bobby lo mismo; no sé cómo tuvo todos esos críos. En cuanto a Teddy... olvidémoslo.

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Un día, Breen estaba hablando con sus anfitriones rusos en el vestíbulo del Hotel Astoria de Leningrado, donde se alojaba la compañía, cuando apareció Truman en lo alto de la "operística" gran escalinata de mármol. La conversación se detuvo en seco y, como hipnotizados, los rusos siguieron con la mirada su majestuoso descenso. Sin exteriorizar sentirse observado, y menos aún con tanta fijeza, Truman pasó con majestuoso porte por su lado y salió por la puerta giratoria. Y entonces, cuando creían haberle perdido completamente de vista, reapareció después de haber dado una vuelta completa en la puerta, les dirigió un tendido, y desapareció por fin. Tras aquella elocuente salida se produjo un largo silencio que rompió el taciturno Ministro de Cultura: "En la Unión Soviética también tenemos, pero los escondemos".

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Por lo que pudo parecer una pronta y espontánea amistad no fue mucho más allá. Mishima viajó a Estados Unidos en el verano de 1957, y posteriormente se lamentaría de que Truman no hubiese correspondido a su hospitalidad. Truman lo negó: "Me porté bien con él", aseguraría. "Me dijo que quería chupar una gran verga blanca. (No sé por qué la gente siempre cree que puedo colocarla. No estoy en el negocio, aunque conozco mucha gente.) Llamé por teléfono a un amigo mío, y salió con Mishima. Pero Mishima ni siquiera me llamó para darme las gracias, y además se fue sin pagarle al muchacho."

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Pero había otra historia de Cole [Porter] que no utilicé porque me pareció más bien desagradable (y yo apreciaba a Cole). Era sobre sus largas relaciones con el actor Jack Cassidy, que le decía: "¿Quieres esta verga? ¡Pues ven y tómala!" Entonces se apartaba para que Cole, a quien le habían quedado paralizadas las piernas a causa de una terrible caída de caballo, tuviese que arrastrarse hasta él. Cada vez que Cole se acercaba, Cassidy se apartaba. Y así estuvieron entre treinta y cuarenta y cinco minutos hasta que por fin Cassidy dejó que se la cogiera.
Anécdotas todas, tomadas de Truman Capote, de Gerald Clarke, publicada por Ediciones B en España en 2006.

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