28.4.06

[De mis histerias]

Mis más cercanos amigos coinciden al hacerme saber que me estoy volviendo cada vez más intolerante e intolerable, histérico, amargado y uno hasta ha llegado a decirme que mis opiniones misántropas son el germen de un serial killer, otro en cambio, me dijo que soy algo cursi y amoroso como para ser tan misántropo. De lo primero no hay duda: cualquier insignificancia que salga mal me pone de un humor de los mil demonios (que si el boiler está apagado, que si no se conecta rápido a Internet la computadora, que si el volumen está muy alto, que si el teléfono al que marco está ocupado, etc...), pero de allí a que quiera salir a hacer el acto surrealista por excelencia hay demasiado trecho. Incluso enfrentar cara a cara a esa humanidad que tanto odio me da una enorme pereza: no se merece ni mi tiempo ni las balas que les pueda tirar.

Grito ante la imposibilidad (o impotencia) de llorar.

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