13.2.06

[Fin de semana]

Este fin de semana quise guardarme en casita para trabajr en varias cosas pendientes, sin embargo, entre la muerte de Juan Soriano, el cumpleaños de un amigo el sábado también, una fiesta a la que acabé por no ir y ayer la visita al panteón a ver a mi hermana (quien cumpliría 24 años el día de ayer), se me fue de las manos y sólo me la pasé leyendo la gran novela de Phillip Roth, "The plot against America" a la que en español ibérico le pusieron "La conjura contra America" (Mondadori, 2005) y que sería más correcto llamar: "La conspiración contra Estados Unidos". A diferencia de otras novelas, en ésta la prosa de Roth fluye más, cosa que agradezco enormemente pues detestaba esas reflexiones interminables abundando en la psicología de sus personajes como en "American pastoral".

La historia es muy sencilla: Roth se pregunta, ¿qué les hubiera sucedido a los judíos estadounidences si en vez de Roosevelt el presidente de USA durante la segunda guerra mundial hubiera sido el carismático pero pronazi piloto Charles A Lindbergh? Un desastre no nada más para los judíos en Newark, New Jersey (donde se desarrollan casi todas las historias de Roth), y en todo Estados Unidos, sino para la humanidad toda: detesto decirlo pero sin la provisión de armamento estadounidense a Inglaterra y más tarde la intervención de Estados Unidos en la guerra, Hitler hubiera ganado de todas todas y la historia de la humanidad hubiera sido todo lo contrario de como actualmente la conocemos (muchos, incluso, no existiríamos ahora). Bueno, pues Roth ficcionaliza al respecto y hace creernos que Hitler, con la ayuda más bien pasiva del Estados Unidos gobernado por Lindbergh, cumple con sus ideales expansionistas y se apodera del mundo entero (siendo más visible al concretarse en una peuqeña ciudad del este estadounidense y vivido por un niño de 7 años que es el autor, pero no es el autor, o viceversa).

Sin embargo, lo único que tengo que reclarmarle a Roth es que, como siempre, por ser judío se sienta mártir de la humanidad. Ataca ferozmente a los católicos (cosa que me importa un cacahuate), pero tampoco él muestra algo más allá de lo que es común ver en los judíos. Habrá que escribir algo al respecto. No soy antisemita (sólo antifeminista y antiindigenista) pero no soporto la actitud de mártires de los judíos. Basta ya. La novela sin embargo, es muy recomendable.

2 comentarios:

M dijo...

Atendible, entonces...
Lástima con la deliberada actitud de mártir.
Pero bueno, historia es probabilidad y ficción.
Gracias por la anti-campaña.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Me recuerdas una película protagonizada por Miranda Richardson y Rutger Hauer... Fatherland (1994) en la que Hitler ganó la guerra, y en el año 1964 está a punto de firmar un tratado con el presidente de los EUA, un Kennedy (no recuerdo cuál, pero era uno ruco), pero una reportera pone al descubierto el secreto de Auschwitz, puesto que, según se supo (en la vida real, de hecho), en Alemania la gente pensaba estúpidamente que la "Solución Final" era mandar a los judíos a Madagascar...

Una película comercial, pero relativamente interesante, ver una alemania nazi en tiempos modernos (soy muy visual, lo mio es entender las cosas con imágenes, aunque los libros me ayudan mucho al dejarme pintar esas imágenes a mi gusto)...

Y tambien me cagan los judíos que se victimizan siempre por el holocausto, cuando ellos provocan su propio holocausto a los palestinos... o los homosexuales que buscan censurar algunas formas de expresión cuando siempre han defendido su libertad de expresarse como se les hinche sus webos gays (y no me refiero a fledermaus, que quede claro, eso no es expresión)... o los negros que son los seres más discriminantes que existen (al menos los negros gringos)...